Manteniendo en buen estado nuestro sistema digestivo, es mucho más fácil que consigamos tener una buena salud general. No es cosa de tomarse una píldora mágica y ya está, ya que depende de varios factores. En este artículo hablo de uno en concreto, cuál iba a ser sino? efectivamente, la alimentación, sé que cuesta, pero merece mucho la pena.
Antes de nada hablemos de conceptos básicos; el primero es la microbiota (antes conocida como flora intestinal); en nuestro intestino tenemos billones de microorganismos colonizando sus paredes, estos tienen como función principal frenar el crecimiento de otros microorganismos, ‘’no muy buenos’’, causantes de algunas alteraciones en nuestro cuerpo, como por ejemplo las diarreas, sucede cuando estos se multiplican más rápido y en mayor cantidad de lo habitual. Tenemos bacterias por todo nuestro sistema digestivo y están concentradas sobre todo en la parte final del colon. Entonces, entre las poblaciones de bacterias encontramos algunas inocuas para el ser humano y otras más perjudiciales si se exceden en su crecimiento
Hoy en día tenemos a disposición numerosas publicaciones sobre los beneficios que supone para la salud tener una microbiota sana; depresión, enfermedades autoinmunes, incluso sobrepeso y obesidad. Problemas muy actuales que suelen ser tratados con tratamientos farmacológicos. ¿Os imagináis que pudiésemos hacer algo para prevenir algunas de estas enfermedades? Que la propia salud esté en nuestras manos me parece algo de lo más revolucionario.
Centrándonos en los cambios alimenticios, ¿cuáles son los alimentos que pueden aportar beneficios a nuestra tan preciada salud intestinal?
Me refiero, obviamente, a los alimentos vegetales, no solo son una buena fuente de vitaminas, minerales y sustancias antioxidantes, sino que presentan grandes cantidades de fibra, el alimento de las bacterias que vamos a llamar “beneficiosas”.
Los vegetales son, en su mayoría, alimentos prebióticos, ayudan al mantenimiento de la vida de nuestra microbiota y por tanto van a ser beneficiosos para nuestro intestino.
Hay algo más que podemos hacer por nuestra cuenta, consumir alimentos fermentados, es decir, alimentos que han sido procesados por unas bacterias conocidas como ácido lácticas. En el proceso de fermentación se forma ácido láctico y se producen una serie de cambios en el vegetal, aportando algunos beneficios para nuestra salud ya que aumenta su contenido en enzimas digestivas y por tanto, se hace más digerible, además, otro de los beneficios de este proceso tan mágico e interesante es la formación de bacterias de las “buenas”. Estoy refiriéndome a lo que hoy en día conocemos como alimentos probióticos, al ingerirlos, estamos añadiendo bacterias beneficiosas para nuestro sistema digestivo. Últimamente se escucha mucho hablar del Kimchi, ¿te suena verdad? Pues no es más que la versión coreana del chukrut, que es otro alimento fermentado. También lo son el kéfir, el miso, el tamari, el kombucha… Algunos de ellos se pueden fermentar fácilmente en casa, colgaré próximamente la receta del chukrut casero.
¿Ahora tienes claro qué hacer para mejorar tu salud intestinal? Eso es, comer abundantes vegetales en su estado original y algunos fermentados. Te va a ayudar a combatir el estreñimiento, aumentar las defensas y reducir el riesgo de padecer otras enfermedades, entre otros múltiples beneficios.